Xbox se llama así por culpa de El Rey León de Disney

Xbox se llama así por culpa de El Rey León de Disney

Durante el verano de 1995 las tiendas de medio mundo vivieron un acontecimiento sin precedentes de la mano de dos éxitos difíciles de replicar. Por un lado estaba el lanzamiento del mítico Windows 95, la jugada de Microsoft para llevar su sistema operativo un paso más allá abandonando el formato MS-DOS. Por el otro, el lanzamiento del VHS de El Rey León que había catapultado a Disney a una nueva época dorada.

Con una Microsoft agobiada por cómo Apple le estaba ganando la partida en el terreno multimedia gracias a Quicktime, apostar por el creciente fenómeno de los videojuegos parecía la opción más lógica para ganarles terreno siguiendo otro camino. Atarse al éxito de El Rey León de la mano del videojuego apuntaba a llevar su estrategia a un nuevo nivel, pero aquella decisión terminaría sacudiendo los cimientos de la empresa. A aquella particular unión, le debemos la creación de Xbox y el nombre que terminó adoptando.

El pantallazo azul de El Rey León

Para facilitarle el camino a los desarrolladores, y hacer que juegos como Doom saltasen del desarrollo en DOS a hacerlo en Windows 95, el equipo de Microsoft había dado forma a un sistema llamado WinG que anunció a bombo y platillo durante una conferencia en la GDC del 94. Conscientes de hasta qué punto el videojuego de El Rey León ayudaría aún más a empujar esa nueva corriente, se pusieron manos a la obra para asegurar la jugada.

La apuesta era tan fuerte que incluso llegaron a colaborar con Compaq para dar forma a una nueva línea de ordenadores que tendrían el juego de El Rey León preinstalado en las máquinas. Sin embargo, pese a que parecía un plan sin fisuras, para cuando aquellos ordenadores con WinG llegaron al mercado a finales de año junto al exitoso videojuego de Disney, la estrategia les explotó en la cara.

Lion King

En un acontecimiento del que hasta medios como el Wall Street Journal se hicieron eco afirmando que Disney había arruinado la Navidad, cada vez que los críos con un nuevo y flamante PC intentaban jugar a El Rey León se topaban con un pantallazo azul. Al parecer, WinG no era capaz de encontrar los drivers adecuados al instalar el juego e imposibilitaba iniciarlo obligando a reiniciar el ordenador.

El problema no era sólo que no había una solución a corto plazo, también que gran parte de la estrategia de Microsoft para el futuro lanzamiento de Windows 95 se había apoyado en WinG y su compatibilidad para convertir el ordenador en una consola de videojuegos. Necesitaban arreglar ese desaguisado lo antes posible, pero una lucha de egos detrás de los distintos desarrollos de la compañía convertían a aquella misión en algo casi imposible.

Cómo El Rey León provocó que Xbox se llamase así

Con cada uno de los directivos y equipos de desarrollo aclamando que su camino era el correcto, el programador Alex St. John se unió a otros dos compañeros para crear un manifiesto que filtraría entre los distintos puestos de la compañía. En él, reclamaban abandonar por completo el sistema DOS para intentar atacar al pastel que se estaban repartiendo entre Sega y Nintendo, pero no tardaron en recibir la negativa de Microsoft para hacerse cargo del cambio.

Ante la negativa de sus jefes y el resto de equipos, decidieron robar la información y recursos de la compañía para iniciar un proyecto propio. Acudiendo a los desarrolladores de videojuegos para pedirles consejo, y ante la negativa de estos a colaborar, les hizo entender que tarde o temprano tendrían que lidiar con lo que sea que Microsoft estaba creando y que, si formaban parte de ello, desarrollar juegos para PC se volvería mucho más fácil y barato.

De aquella colaboración nació el Proyecto Manhattan que luego derivó en Microsoft DirectX, una API con una librería que facilitaría la creación de ports a Windows 95 y que haría mucho más fácil desarrollar juegos para PC de lo que suponía hacerlo en DOS. Tras demostrar los resultados del proyecto a los directivos, DirectX se convirtió en el estándar de Microsoft salvando no sólo la ejecución de El Rey León en Windows 95, sino también el entusiasmo del mundo del videojuego a la hora de desarrollar para PC.

Aquél éxito que convirtió a los ordenadores en una consola más, en 1999 empujó a Microsoft a presentar el proyecto DirectX-box, una consola basada en DirectX con la que intentaría hacerse un hueco aún mayor en la industria del videojuego. Y así, de aquél pantallazo azul de El Rey León, Microsoft terminó cambiándole el nombre al proyecto para dejarlo en una Xbox que sonaba mucho más comercial.

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Rubén Márquez

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