Quizá el hecho de que haya disfrutado de The Rise of the Golden Idol sin el efecto sorpresa que supuso su primera entrega sea el mejor indicativo de que, efectivamente, nos encontramos ante un juego muy divertido. Salió de la nada y, si en el fondo lo pensamos bien, tampoco es que su mecánica fuera revolucionaria, pero para entender su éxito creo que hay que entender primero el contexto.
La forma de contar historia a través de las mecánicas y la interactividad cada vez es más demandada en la industria. Hay algo en el acto de descubrir la narrativa por nosotros mismos en vez de que simplemente nos la cuenten que conecta perfectamente con nuestro medio. Y los llamados «juegos de detective» están siendo el mejor exponente de todos. Da igual si se hace por medio de enlazar pistas como Shadows of Doubt, con mecánicas de bucle como Outer Wilds o rellenando palabras como este Golden Idol, que probablemente se inspire en el genial Return of the Obra Dinn (es eso o en los ejercicios de inglés que nos ponían de deberes).
Tenemos que deducir lo ocurrido descubriendo palabras para rellenar frases
El resultado es una segunda entrega que creo que logra construir algo más que la suma de sus partes. Sí, es una expansión en la que volvemos a tener que armar el puzle mediante el descubrimiento de palabras para rellenar frases y descubrir lo que ha pasado en la escena que se nos muestra. El propio juego se encargará de intentar despistarnos y también de comprobar si tenemos todo correcto, pero creo que en esta ocasión la historia logra ir un poco más allá de la mecánica en sí misma, creando escenas cada vez más cohesionadas que cuentan una trama más compleja en cada capítulo.
No solo eso, aunque tiene mucha personalidad, creo que la evolución artística de este nuevo Golden Idol es notoria. Sin cambiar por completo de estilo, se nota que el éxito del primero ha servido para hacer un arte más contundente. Y mira que me gusta el pixel art y el uso del dithering excesivo que le daban mucha personalidad a la primera parte, pero creo que la evolución para este juego era el camino a seguir.
Construyendo la historia palabra a palabra
Quizá los mayores problemas que le puedo llegar a ver a esta franquicia son inevitables. El primero es la traducción a nuestro idioma. Está trabajada y me consta que están en el estudio muy preocupados por obtener feedback. Y es normal. La correcta conjugación de las frases es clave. El problema es que nuestro rico idioma castellano hace que se obtengan mejores indicios a la hora de construir las frases y rellenar con la palabra correcta. El inglés, en su sencillez, no distingue el género en los artículos que preceden al nombre, mientras que en español esta simple distinción te hace descartar muchas palabras de un plumazo. Además, la traducción tiene algunos errores que todavía no han terminado de depurarse, con palabras incorrectas o que no terminan de encajar y que pueden despistarnos incluso cuando estamos sobre la pista correcta. En estas ocasiones, no queda más remedio que cambiar el idioma a inglés para asegurarnos de nuestras deducciones.
El otro aspecto es lo que en aventuras gráficas llamamos signposting: la capacidad de señalizar al jugador las pistas sin ser demasiado obvios, pero tampoco demasiado obtusos. El signposting es un arte en sí mismo y hay juegos que viven y mueren por él. Pero además, es una ciencia inexacta, porque lo que para uno puede resultar obvio, otro jugador será incapaz de conectar los puntos. En Golden Idol te pasará esto en ocasiones; verás escenas en las que rápidamente entiendas la situación, otras caerás en la trampa de las pistas falsas del desarrollador… y en otras te atascas. Y, como jugador de aventuras gráficas, sé lo que ocurre cuando llega este momento: empiezas a probar todas las combinaciones aleatoriamente a ver si suena la flauta. Si llega este momento, el hechizo se rompe y, lamentablemente, la culpa no es de nadie.
Con todo, si no conoces esta franquicia es un momento inmejorable para hacerlo. Que no te asuste su talante de segunda entrega, porque no necesitas en absoluto jugar al primer juego para disfrutar de este. A Color Gray ya solo me queda aplaudir el encomiable trabajo que están haciendo por revitalizar el puzle a través de la narrativa, o la narrativa a través del puzle. Es una de las cosas que más disfruto de los videojuegos y que, sin necesidad de mecánicas de acción, sigue divirtiendo como el primer día.
The Rise of the Golden Idol demuestra el poder que tiene la combinación entre historia y puzles sin necesidad de otras florituras. Su combinación de narrativa interactiva y puzles en los que debemos completar las frases con las palabras adecuadas sigue siendo cautivadora, y esta segunda entrega consolida su lugar entre los juegos de detectives. Tanto su evolución artística como la cohesión narrativa demuestran que había justificación para esta segunda parte, pero quizá ya es momento de empezar a explorar otras fronteras.
- El juego destaca por su manera de descubrir la narrativa por nosotros mismos.
- Su segunda entrega mejora la cohesión de la historia en cada capítulo.
- La evolución en el diseño artístico es un paso adecuado para la saga.
- La traducción al español puede facilitar las deducciones, además de tener algunos problemas para llegar a ellas.
- Se trata de ir encontrando las palabras, averiguando los nombres de cada personaje y completar las frases con las deducciones.
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La noticia
Si te gustan las historias de detectives y siempre te has creído más listo que Sherlock Holmes, aquí tienes un buen reto con The Rise of the Golden Idol
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Alejandro Pascual
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