Si has jugado a títulos como Doom o Quake, damos por descontado que conoces el nombre de John Carmack. En la actualidad, la mente detrás de estos títulos y el principal socio de John Romero dedica sus días a proyectos relacionados con dos grandes tendencias tecnológicas: por un lado, la inteligencia artificial; por otro, la realidad virtual. Y, como consecuencia directa de ello, hace unos días señaló que imagina un futuro en el que los jugadores no necesitan un procesador para jugar, ya que la tarjeta gráfica será capaz de cubrir todo lo necesario.
Sin embargo, ¿sabías que John Carmack estuvo a punto de no tener una carrera ligada a los videojuegos? En sus primeros años de vida, como señala Notable Biographies, Carmack tenía un interés tan desmesurado por la tecnología que llevó a tramar el robo de un Apple II a los 14 años de edad. Para su desgracia, alguien del grupo activó una alarma silenciosa y, como consecuencia directa, Carmack fue arrestado y pasó un año en un centro de menores. Allí, una evaluación psiquiátrica determinó que el genio detrás de Doom «no sentía empatía por otros seres humanos«, pero los 12 meses que pasó en dicho centro se convirtieron en un punto de inflexión que le hicieron dar un giro de 180º a su vida.
Un legado a la altura de muy pocos
Dicho evento queda registrado en su biografía Masters of Doom, publicación en la que señala el impacto que tuvo este incidente tanto en su forma de pensar como en su personalidad. Por suerte, más tarde obtuvo un Apple II y ello le sirvió para participar en el desarrollo de títulos de Softdisk, la primera compañía que le dio una oportunidad. Allí conoció a su inseparable John Romero y juntos desarrollaron Commander Keen, un título que vio la luz en 1990 y se convirtió en referente por una técnica innovadora: «adaptive tile refresh«. Gracias a ella, el título contó con gráficos fluidos en PC de bajos recursos.
Más tarde, Carmack se convirtió en el genio detrás de obras como Wolfenstein 3D o los ya citados Doom y Quake. Así, introdujo avances técnicos como el raycasting y las sombras dinámicas, estableciendo un estándar en la industria de los videojuegos. Por ello, muchos consideran que su trabajo no solo transformó el medio, sino que también llegó a influir en áreas como el entrenamiento militar o la arquitectura virtual. Por ello, Carmack se ha convertido en una personalidad de lo más relevante, sobre todo en ámbitos como la realidad virtual. Y, sorprendentemente, su historia podría haber sido muy distinta de no haber sido capturado durante el robo de un Apple II.
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La noticia
«No siente empatía por ningún humano»: un robo frustrado de un Apple II con 14 años cambió la vida del creador de Doom
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3DJuegos
por
Abelardo González
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