Cuando salió a la luz la polémica del Sonic feo al presentarse el primer tráiler de la película del erizo de Sega, las principales críticas aludían al hecho de que el personaje era «demasiado realista» para asemejarse al que todos conocíamos de los míticos videojuegos. Sin embargo, lo único que podía pensar yo por aquél entonces al imaginarme un erizo demasiado realista poco o nada tenía que ver con su aspecto.
La clave está en un dato que no muchas personas conocen, especialmente si no han tenido un erizo como mascota. Pese a que no llega a los niveles de Sonic, el tema de la velocidad en estos animales es completamente cierto y además arroja unas cifras alucinantes. Sin embargo, la escatológica consecuencia de esas carreras que se pegan los erizos convertía la idea de una versión realista de Sonic en un descacharrante despropósito.
Gotta Go Fast
Como animales nocturnos que son, los erizos exploran sus alrededores de noche en busca de comida y, en el caso de alcanzar una zona desconocida que quieran escudriñar a fondo, o una posible situación de peligro, no sólo demuestran una resistencia pasmosa durante sus paseos, sino que además cuentan con una velocidad endiablada.
Para ser un animalejo tan pequeño y con las patas tan cortas, de apenas 2 y 3 centímetros en el caso del erizo europeo, hablamos de una velocidad de hasta 6 kilómetros por hora, sobre todo si captan algún peligro y piensan para sus adentros «Gotta Go Fast». Sus distancias de hasta 10 kilómetros recorridos en una sola noche, lo convierten además en un plusmarquista.
Si tuviésemos en cuenta el tamaño del animal (entre 15 y 30 centímetros de largo), su peso (entre los 300 gramos y poco más de 1 kg dependiendo de la especie), y lo trasladásemos a ese plano realista que tan en boca de todos estaba, en términos humanos eso supondría alcanzar una media de entre 40 y 50 km/h corriendo, y la resistencia para hacerlo cada noche durante unos 30 kilómetros.
Si buscáis una referencia proporcional aún más clara, podríamos decir que un erizo realista humanoide sería más rápido que Usain Bolt, el velocista olímpico que cuenta con el récord de 44 kilómetros por hora, y sería capaz de correr, cada día y sin despeinarse, casi una maratón entera (42 kilómetros). Como es lógico, los erizos que se encuentran en cautividad quedan bastante por debajo de esas cifras. Una razón más para dejarlos vivir en paz en la naturaleza.
El problema de un Sonic demasiado realista
Sin embargo, hasta aquí hemos llegado por otro tema, el de las cacas. La enjundia está en que cualquiera que se haya encaprichado de tener un erizo como mascota, y se haya visto obligado a ponerle una rueda en la que correr por las noches para saciar sus ansias de velocidad y resistencia, se habrá despertado al día siguiente comprobando que dicha rueda estaba como si le hubiese caído un camión de estiércol encima.
La clave está en que los erizos cagan mientras corren, lo que no supone un problema en plena naturaleza, pero que al estar corriendo en una rueda giratoria, en el mismo sitio durante toda la noche, crea un estropicio difícil de recomendar a cualquiera con el estómago especialmente sensible.
La razón por la que sucede este escatológico fenómeno en esta familia de roedores está en el hecho de que su tracto digestivo digiere la comida en apenas 12 horas, a diferencia de las más de 24 que necesitaría un humano dependiendo de lo que coma, y su diminuto cuerpo sólo da para unos 50 centímetros de tracto digestivo entre esófago, estómago, intestino delgado y grueso.
Sumemos ahí dos detalles. El primero de ellos es que al alcanzar esas velocidades provocan que todo fluya con mayor agilidad. Además, para aligerar el asunto aún más, los erizos no tienen ni ciego, la bolsa que une el intestino delgado con el grueso, ni esfínter, así que al llegar al punto de no retorno la cosa va como la seda haciendo honor al dicho de «mejor fuera que dentro». La mera idea de imaginarse las películas de Sonic con el muñeco en cuestión cagándose por todos lados cada vez que echa correr os hará más fácil comprender mis risas frente a la idea de un erizo «demasiado realista».
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La noticia
Hay una razón para que Sonic no sea un erizo biológicamente realista ni en los juegos ni en las películas
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3DJuegos
por
Rubén Márquez
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