Tengo una relación tóxica con Brandon Sanderson: me gusta como autor pero me presiona para leer más de lo que puedo asumir

Tengo una relación tóxica con Brandon Sanderson: me gusta como autor pero me presiona para leer más de lo que puedo asumir

Como todo buen aficionado a la literatura fantástica, estos días me encuentro inmerso en la lectura de Viento y Verdad, el gran fenómeno editorial de este año en lo que a «dragonadas» se refiere. Este nuevo libro de Brandon Sanderson, una pieza crucial de su ambiciosa saga El Archivo de las Tormentas, es un quinto libro tan esperado como pesado. Y no solo por el número de páginas, también porque me resulta una lectura tremendamente exigente.

Este texto no es un análisis de la obra en sí, sino un reflejo de lo que implica, como lector, seguirle la pista a uno de los autores más prolíficos y demandantes del panorama literario del género fantástico actual. También uno de los mejores. Y es que, a medida que avanzas en Viento y Verdad, no solo sientes el peso físico del libro (1330 páginas para ser exactos), sino también la presión psicológica de tener que estar al día con un autor que, sencillamente, no deja de escribir.

Michael Whelan Brandon Sanderson 5

Ilustración de Michael Whelan

Un autor infatigable: el reto de Cosmere

Tuve la suerte de entrevistar a Sanderson hace algunos años durante el imprescindible Festival Celsius y es un tipo tan interesante como parece, lo mismo te habla de numismática que de cachopos o Tolkien. Si no me falla la memoria, en aquel entonces no había comenzado a editarse aún El Archivo de las Tormentas, pero ya en 2014 Sanderson me lo dejó: «Yo no dejo nunca de escribir». Y, sinceramente, no mentía. Claro, que ahora como lector suyo me parece una auténtica amenaza. Desde aquella charla, el autor ha publicado más de cuarenta historias entre novelas, relatos cortos, novelas gráficas y ensayos. Todo esto en un período de tiempo relativamente corto, con pandemia de por medio, lo que le ayudó a escribir todavía más. Hay quienes en su vida no han leído tanto como lo que Sanderson ha escrito en una década. Y es precisamente aquí donde comienza el problema, no solo para sus seguidores más devotos, sino también para los lectores casuales que quieran mantener el ritmo o adentrarse en su obra sin quedarse atrás.

Adentrarse en la obra de Sanderson es zambullirse en el Cosmere, el universo compartido creado por Sanderson que conecta varias de sus sagas de fantasía mediante un trasfondo común, personajes recurrentes y elementos narrativos entrelazados. Cada serie dentro del Cosmere tiene su propio mundo y sistema de magia, pero todas están unidas por una historia mayor que involucra fuerzas cósmicas, antiguos dioses y secretos sobre el funcionamiento del universo. Este enfoque interconectado permite que los eventos y personajes de distintas obras se influencien mutuamente, creando una narrativa global que se expande a través de libros como Elantris, Nacidos de la bruma, El archivo de las tormentas y otros, ofreciendo a los lectores una experiencia inmersiva y compleja.

Michael Whelan Brandon Sanderson 2

Ilustración de Michael Whelan

Viento, verdad y agotamiento

El primer gran desafío llega con la memoria. El libro anterior, El Ritmo de la Guerra, se publicó hace cuatro años. ¿Recuerdas aquellos personajes que luchaban en mundos desbordados por el conflicto? Pues yo no demasiado bien. A medida que avanzo en Viento y Verdad, he tenido que recurrir a los sabios de Internet para leer un resumen y recordar quién estaba dónde y qué hacía. Y, sinceramente, no sé si este es un problema mío, porque la memoria no me ha acompañado, o si Sanderson está haciendo un trabajo tan grande con su universo narrativo que es humanamente imposible seguir cada pequeño detalle sin perderse. De todas formas, esta desconexión con el libro anterior no es el verdadero problema. El problema es que Viento y Verdad no solo requiere que recuerdes lo leído, sino que te obliga un poco a estar al tanto de toda la mitología que Sanderson ha creado en su multiverso.

El Archivo de las Tormentas (estuche con: El camino de los reyes | Palabras radiantes | Juramentada) (Ficción)

Cuando leí la primera trilogía de Nacidos de la Bruma, me enganchó su estilo, pero sobre todo su capacidad para crear mundos complejos y sólidos. Su propuesta era fresca, original, y no era necesario leer toda su obra para disfrutar de una de sus sagas. Lei Elantris, su particular visión del mundo vampírico, después de la trilogía de la Bruma y para mí sigue siendo una lectura bastante anecdótica. Sin embargo, a medida que la saga se ha ido expandiendo y conectando con otros universos literarios, me he dado cuenta de que me estaba adentrando en una tela de araña literaria que era, en parte, fascinante, pero también muy demandante.

Michael Whelan Brandon Sanderson 3

Ilustración de Michael Whelan

Lo malo de un universo interconectado es que una idea que aparece en un libro puede tener su origen en otro. Y claro, Viento y Verdad no es una excepción. Este tipo de narrativas interconectadas se han vuelto comunes en el ámbito literario, pero cuando se trata de un autor tan prolífico como Sanderson, se vuelve un desafío monumental. En los últimos días, con el lanzamiento de Viento y Verdad, han proliferado artículos del tipo «los libros que tienes que leer o todo lo que necesitas saber antes de leer Viento y Verdad». Y, sinceramente, es un montón. No se trata de lecturas obligatorias, pero ayuda. Y aquí es donde surge la presión: soy de esos fans completistas que sienten que deben leer todo para entenderlo todo, pero el tiempo y la energía empiezan a faltar.

La situación se complica cuando no solo estamos hablando de un autor prolífico, sino de un autor que firma unos buenos tochales. Recientemente, he dejado aparcadas otras lecturasde Peter Frankopan y Lee Young-Do, para concentrarme en Viento y Verdad y tratar de terminarlo antes de que acabe el año. No creo que lo logre. Con suerte, y si no me lesiono la espalda por el peso, espero terminarlo antes de la primavera. Claro que también podría ocurrirme lo mismo que con El Ritmo de la Guerra, que tuve que devorarlo en tres tandas porque mi mente necesitaba un respiro de tanta espada esquirlada.

Michael Whelan Brandon Sanderson 1

Ilustración de Michael Whelan

Una relación tóxica con Brandon Sanderson

Aquí es donde entra en juego lo que podría llamar una «relación tóxica» con Brandon Sanderson. Es cierto que, como escritor, ha demostrado una capacidad admirable para mantenerse constante y crear historias que siguen siendo interesantes y bien estructuradas. Me gusta mucho. La mejor demostración de que el tiempo es una magnitud relativa es que en el mismo segmento del mismo Sanderson escribe muchas más palabras de las que yo ya soy capaz de leer. Bien por él, pero no puedo con la presión. Leo para disfrutar, no para sentirme culpable.

No tengo problemas para  leer una trilogía como la de Los Magos de la Pólvora de MacClellan y también me encanta cómo Joe Abercrombie cómo Abercrombie vertebra sus aventuras en un mismo universo pero con novelas unitarias bastante independientes. Sin embargo, cuando las las sagas empiezan a tener cierto calibre, como la de Sanderson, también empiezan a resultarme agotadoras. Puede que sea por la edad, o tal vez por la falta de tiempo, la vida adulta en resumen, pero la sensación de estar atrapado en una serie inabarcable de libros empieza a desgastarme.

Michael Whelan Brandon Sanderson 4

Ilustración de Michael Whelan

En su momento, como muchos otros aficionados a la fantasía, crecí con las grandes sagas del género: despaché la magnífica Waylander de David Gemmell o Añoranzas y Pesares de Williams en apenas unos meses. Mis estudios se resintieron, cierto, pero una vez terminada, ahí quedaba la cosa. Ahora tardo ese tiempo en leer un solo libro de Sanderson, y me pasa como con George R. R. Martin, no sé si voy a vivir tanto como para ver el final de la historia.

No obstante, no quiero que esto se interprete como una crítica a Sanderson o a su estilo. Es un autor con un talento indiscutible, cuya habilidad para mantener su narrativa interesante y vibrante es impresionante. La forma en que logra entrelazar sus historias, sus mundos y sus personajes es, sin lugar a dudas, un logro monumental. Sin embargo, mi vida (y mis estanterías) tiene un límite de cuánta obra de Sanderson puedo asimilar, y eso me obliga a tomarme las cosas con más calma.

Viento y verdad (El Archivo de las Tormentas 5) (Nova)

Estoy me ha obligado a tomar una decisión: Seguiré con esta saga central, que es tan atractiva como compleja, y probablemente picaré con algunos de sus títulos más interesantes. Pero a partir de ahora, será necesario recurrir de nuevo a los sabios de internet para rellenar los vacíos narrativos y completar lo que no puedo leer por mí mismo. Con todo, tengo que reconocer el grandísimo mérito que tiene este autor, no solo para escribir tanto, si no para que siga haciéndolo bien y, maldita sea, interesante. ¿Se trata de un problema de compromiso por mi parte? Es muy posible, pero es que no me da la vida.

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Tengo una relación tóxica con Brandon Sanderson: me gusta como autor pero me presiona para leer más de lo que puedo asumir

fue publicada originalmente en

3DJuegos

por
Chema Mansilla

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