La franquicia cinematográfica de Sonic, que tan bien supo escuchar a los fans con su estreno en 2020, sigue ganando velocidad con su tercera entrega. Sonic 3 se sumerge de lleno en la era Dreamcast, un guiño nostálgico para los fans veteranos del erizo azul, y nos presenta una película que probablemente sea la más divertida de la serie. Pero no os engañéis: su enfoque sigue siendo marcadamente infantil, y aunque entretiene con algunos momentos realmente logrados, no aporta demasiada innovación.

Demasiado Jim Carry

Para los seguidores de Sonic y compañía, esto no tiene por qué ser un problema. Al fin y al cabo, esta saga ha encontrado una fórmula para trasladar sus carismáticos personajes de los videojuegos a la gran pantalla con bastante éxito. En mi caso, admito que siempre me saca una sonrisa ver a Jim Carrey surgir del ano de un rinoceronte, pero es un actor que no puedo soportar más de cinco minutos seguidos sin implosionar o buscar yo mismo refugio dentro de un rinoceronte. Aun así, no puedo negar el cariño que le tengo a Sonic. Me encantan las naves de Robotnik y cómo lucen en pantalla grande, y la presencia de Keanu Reeves en esta película siempre es un añadido que eleva cualquier producción.

El equipo detrás de Sonic 3 sigue apostando por el talento que ha llevado a la franquicia al éxito en la gran pantalla. Jeff Fowler regresa como director, reafirmando su habilidad para dar vida al universo de Sonic con una mezcla de humor y acción trepidante. En el reparto, Ben Schwartz vuelve a poner voz a Sonic, mientras que Colleen O’Shaughnessey y Idris Elba repiten como Tails y Knuckles, respectivamente. Jim Carrey se mantiene como el carismático pero cada vez más estrafalario Dr. Robotnik, y en esta entrega se suma Keanu Reeves, quien aporta su particular carisma a la esperada presentación de Shadow.

En cuanto al argumento, Sonic 3 retoma directamente los eventos de las dos películas anteriores, por lo que es fundamental llegar al cine con los deberes hechos para disfrutar al máximo de la experiencia. La trama presenta un nuevo y formidable villano que pone en jaque el equilibrio del mundo, obligando a Sonic, Tails y Knuckles a unir fuerzas una vez más para enfrentarse a la amenaza. La llegada de Shadow al universo cinematográfico de Sonic es un momento muy esperado por los fans de los videojuegos del erizo debido a la enorme popularidad del personaje, de ahí que la película se vuelque con él y le haga protagonista de algunos de los momentos más impactantes del metraje, aunque su papel deja con ganas de ver más.

Hablemos de Carrey otra vez, quien vuelve a interpretar al icónico Dr. Robotnik, esta vez con un giro inesperado: dos Robotniks. No os cuento de qué va la historia para no arruinaros la sorpresa. Para muchos, será es un deleite; para otros, puede resultar excesivo. Aunque Carrey es una fuerza imparable de comedia física y gesticulaciones extremas, aquí su doble interpretación corre el riesgo de saturar. Aunque he de reconocer que una discotequera escena de la película me ha hecho bastante gracia. ¿Será el milagro de esta Navidad?

Un regalo para los fans

Uno de los puntos más destacados de Sonic 3 es su capacidad para conectar con los amantes de los videojuegos y la cultura pop en general. La película está repleta de guiños que encantarán a los espectadores atentos: desde el legendario derrape de la moto de Akira o un homenaje al Team Sonic a quien tantos buenos ratos debemos, hasta chistes a costa de la franquicia Pokémon, pasando simplemente por el bonito detalle de que alguien se haya acordado de la existencia de Nights: Journey of Dreams.

Si hay algo que realmente eleva a Sonic 3, es su clímax. Sin entrar en demasiados detalles para evitar spoilers, basta decir que el enfrentamiento final es una carta de amor a los fans de Dragon Ball Z. Imagino que los fans del erizo ya saben de qué va el tema. Con todo, esta tercer entrega sigue demostrando que se puede jugar con el lore del personaje y combinarlo con el mundo real ofreciendo un nuevo capítulo continuista y divertido, que no quiere complicarle la tarde a nadie y va al grano.

No reinventa la rueda azul, pero cumple

Sonic 3 no pretende ser una experiencia trascendental. Simplemente mejora ligeramente la tónica en las entregas anteriores sin profundizar demasiado en nada en concreto. En ese sentido salen perdiendo algunas tramas y personajes, como el interpretado por mi querida Krysten Ritter, o James Marsden y Tika Sumpter, reducidos al papel de mascotas familiares en esta aventura. Da un poco igual, porque no Sonic 3 no pretende ser más que un estreno navideño diseñado para ser disfrutado en familia, o para que los fans de SEGA recuerden los buenos ratos frente a la consola. En su falta de ambición radica su encanto, y ante esa actitud uno puede permitirse ser un espectador algo más indulgente, ¿verdad?

La película encuentra su fuerza en la capacidad de entretener, con un equilibrio entre humor, acción y nostalgia que la hace accesible para audiencias de todas las edades. Aunque no todos sus elementos funcionan igual de bien (y es probable que algunos espectadores encuentren repetitivos ciertos gags), el resultado general deja buen sabor de boca.

Sonic 3 llegará a los cines el 25 de diciembre, y, si decides darle una oportunidad, te recomiendo que no te levantes del asiento cuando termine la película. Hay dos escenas postcréditos que son un regalo especial para los seguidores más acérrimos del lore de Sonic. Porque si como fan del erizo azul te has quedado con ganas de ver algo más de su lore en pantalla, tal vez tus deseos se cumplan…

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La noticia

Sonic 3 puede ser la más divertida de la serie, pero lo mejor es que su final es auténtico Dragon Ball Z

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3DJuegos

por
Chema Mansilla

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