¿Qué necesidad tenía Disney de cambiar una de sus mejores historias? Esa es la pregunta que me hago desde que vi el tráiler de Mufasa: El Rey León. Como casi cualquier persona de los noventa, he crecido con las películas de la compañía y esta cinta de 1994 siempre ha englobado el puesto más alto en cuanto a calidad se refiere. Sus personajes, la banda sonora, la trama tan adulta e inocente al mismo tiempo…Casi cualquiera olvidaría que en realidad estamos ante una adaptación de Hamlet de Sheakespeare. El Rey León conseguía transmitir una solemnidad en sus lecciones casi tan poderosa como la imponente voz de Constantino Romero para Mufasa en la versión de España. Rara vez se ha igualado su calidad y, sin embargo, aquí estamos para hablar de una secuela de un remake que es un supuesto live-action.
Un todo vale para Disney
Antes de abordar la problemática de Mufasa, creo que es importante señalar que este artículo no es una crítica hacia la película. Os mentiría si dijera que he tenido algún tipo de interés en la cinta o en su predecesora de 2019.
No es nada personal, simplemente no me interesaba ver una adaptación CGI con animales realistas de una historia que conozco al dedillo. Basándome en casos anteriores como los live-action de La Bella y la Bestia o Aladdín, tenía claro que la tendencia de Disney era hacer que por el camino el carisma de los personajes animados decayera. De esta manera, esperaba algo más propio de un documental que de El Rey León. Echaría de menos a las hienas y su famoso «¡no rey, no rey!», los tembleques al escuchar la palabra «Mufasa» o la mirada de hastío de Scar al decir «Estoy rodeado de idiotas».
Por ello, el anuncio de Mufasa: El Rey León siempre ha sido discreto para mis ojos; un intento de hacer caja por parte de Disney, que incluso se entiende si se tiene en cuenta que la anterior obra recaudó la friolera de 1.657 millones de dólares, pero entonces ocurrieron dos cosas: vi el tráiler y leí un comic.
No considero que tenga muchas frases prefijadas que me acompañen en la vida, pero me suelo jactar de decir «no juzgues algo si no lo conoces», de ahí que vuelva a remarcar que esto no es una crítica hacia la película. Hasta que no la vea, ni tengo motivos para rechazarla ni para aceptarla, pero sí que tengo la información suficiente para hacer la siguiente sentencia: ¡Disney, deja de cambiar tus obras!.
Durante los últimos tiempos, me he entretenido mucho trayéndoos artículos que hablaban sobre la expansión de los universos de las películas de Disney a través de obra secundarias por parte de la compañía. De esta forma, os hablaba sobre la confirmación de la teoría de que Úrsula era la tía de Ariel, que en el propio Rey León existía la magia o que Wish era una precuela de Blancanieves. Todo esto se ha ido realizando de forma posterior al lanzamiento de las obras originales y no siempre ha sido de la forma más adecuada.
Por ejemplo, para confirmar el parentesco entre Ariel y Úrsula, la compañía recurría a una novela y al live-action, pero por el camino contradecía de pleno la película de La Sirenita 2. Para añadir magia en El Rey León, se aludía al pasado a través de un cómic sin haber ni una sola señal de ella en la cinta original o posteriores y hoy mismo he visto cómo un cómic oficial de Disney contradecía la información sobre el origen de los poderes de Maléfica conforme a lo explicado en el live-action. Y yo digo: Por favor, si hay un multiverso como en Marvel, ¡Disney dilo!, pero deja de entrecruzar y separar historias de forma conveniente. Cuando te interesa usar un live-action para confirmar una teoría de décadas, lo haces, pero luego otros son completamente ajenos a sus obras originales.
Y eso me lleva a Mufasa de nuevo. Tan solo con ver el tráiler y las primeras críticas, ya hay algo confirmado: se ha cambiado el origen de la historia. Tal y como señala la BBC, el hecho de que Simba y Mufasa venían de una estirpe de gobernantes que formaban parte del Ciclo de la Vida se cae por completo. En esta versión, Mufasa no era rey ni tampoco Scar era su hermano de verdad. Las veces en las que Simba le decía «soy tu sobrino preferido», ¿qué sentido tienen si en esta misma obra ya se ve que ambos leones se detestaban de antes? Recordemos que Scar ni acude a la presentación del cachorro recién nacido en la película original.
¿Por qué se iba a crear un vínculo, aunque fuera falso, entre el pequeño Simba y Scar si de verdad no fueran familia? ¿Por qué tanto Mufasa como Scar mantendrían las apariencias si no hubiera un lazo de sangre que les uniese? Por mucho que esta cinta pretenda dar respuesta a todo ello, hay más dudas que soluciones. ¿Y no hay cierto sentido de injusticia al saber que el que iba a ser rey era Scar y que Mufasa era en realidad un león huérfano al que Scar acoge como amigo y hermano?
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La noticia
Las primeras críticas a Mufasa la tachan de «contradecir al Rey León» y lo peor es que no es la primera vez que Disney se olvida de sus historias
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3DJuegos
por
Raquel Cervantes
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