Lo ha demostrado a lo largo de ya extensa filmografía, a Jason Momoa le encanta interpretar a tipos rudos y fuertes. Es por ello que disfrutó mucho haciendo de Conan el Bárbaro en el malogrado reboot de 2011. Pero una cosa es pasártelo en grande interpretando al mítico personaje que conocimos en la gran pantalla junto a Arnod Schwarzenegger, y otra que el resultado de esa experiencia te agrade.
En el caso de la estrella de Aquaman y el Reino Perdido lo cierto es que Conan el Bárbaro (2011) acabó siendo un chasco importante para él pese a las buenas sensaciones iniciales que tuvo con el proyecto, tanto que no dudó en calificar el film como una de las peores películas que ha protagonizado. Y ha hecho varias:
«He trabajado en un montón de cosas que apestaban lo que no está escrito, así como en películas sobre las que no tenía ningún control. Conan [el Bárbaro] fue una de ellas. Es una de las mejores experiencias que he tenido, pero la cogieron y la convirtieron en un enorme montón de mierda«. — Jason Momoa vía GQ
Y podemos entender su disgusto. Para poder honrar como es debido el legado de la cinta de culto liderada por Schwarzenegger se sometió a un intenso programa de entrenamiento de varias semanas donde, además de ponerse como una roca (aún más de lo que ya estaba), aprendió a manejar una espada como es debido.
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Pese a todo, Momoa clavo a Conan el Bárbaro
En Conan el Bárbaro, como seguro que tenéis muy presente su historia, Momoa interpreta a un guerrero en una misión de venganza contra un señor de la guerra que asesinó a su padre cuando era un niño. Frente a la película original de 1982, esta nueva versión buscaba ser más fiel a la obra original de Robert E. Howard y, bueno, lo consiguió. Momoa era el Conan que los fans de los libros recordaban. «Momoa clava al personaje. Él es Conan, un Conan joven y desvergonzado que se beneficia de muchos de los rasgos que le proporcionara Howard y de la presencia y la fuerza expresiva que se veía en los cómics», leíamos en la crítica de Espinof.
¿El problema? Por el camino se olvidaron de ofrecernos un buen largometraje, limitándose a darnos «un beat’em up hueco con personajes superficiales» en lo que poco había reseñable más allá de su actor protagonista. Lo bueno es que el fiasco que acabó siendo la película, recaudó 63,5 millones de dólares tras una inversión de 90 millones, no hundió la carrera de Momoa que todos vimos.
Así lo admitió el propio director del film, Marcus Nispel, que quiso salir al paso de las declaraciones de Momoa antes comentadas afirmando que él tampoco quedó contento con el resultado de su producción: «A veces eres eres como un perro con muchas correas. Intentar hacer la peli de Conan en esas condiciones fue la peor experiencia que tuve y no quedé satisfecho con ello», dijo en PEOPLE. «Aunque estoy contento de que nada de esto haya interferido en la carrera de Jason».
A fin de cuentas, aunque fallase con Conan el Bárbaro, Momoa nos ha brindado un estupendo y rudo Arthur Curry (Aquaman) y un potente Declan Harp (Frontera). Ahora se prepara para hacernos reír en Una película de Minecraft, y se espera que regrese a su papel antagonista en la saga Fast & Furious para un último baile. Puedes ver Conan el Bárbaro (2011) en alquiler a través de Rakuten.
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La noticia
«La convirtieron en un gran montón de mierda»: Jason Momoa pudo ser un nuevo Schwarzenegger, pero su Conan el Bárbaro no gustó a (casi) nadie. Ni siquiera a él
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Marcos Yasif
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