Cuando me dijeron que desde FromSoftware estaban hacciendo un videojuego multijugador estilo soulslike, nunca me podría haber imaginado lo que estaba a punto de probar. Una de las grandes sorpresas de esta edición de los The Game Awards 2024 ha sido, indudablemente, Elden Ring: Nightreign, y en 3DJuegos hemos tenido la oportunidad de poder probarlo extensivamente. Hoy vengo a contarte cómo fue mi experiencia en las seis horas que pude estar a los mandos del título más peculiar de la FromSoftware moderna. Te adelanto una cosa, en cuanto pueda volver a catarlo, tardaré mucho, mucho tiempo en soltarlo.
Si tuviera que ser reduccionista y definir Nightreign en pocas palabras, diría que es el Hunt: Showdown de Elden Ring, pero sin ningún tipo de PvP. El nuevo título de la ya saga de FromSoftware es un juego multijugador cooperativo (o sea, PVE) de mundo abierto en el que hasta tres jugadores van a poder hacer frente a montones de enemigos. Los nipones hicieron mucho énfasis en llamarlo «un juego por sesiones», y razón no les falta. Lejos de las enormes aventuras de cientos de horas del juego base, Nightreign usa un sistema de días para marcar su ritmo.
Cada partida comienza en el día 1, jornada en la cual caeremos con nuestros compañeros (o no, contaré más sobre esto más adelante) en algún lugar de la zona exterior de su mapa. Si has visto el tráiler (y si no, el anuncio de Elden Ring: Nightreign es parada obligatoria antes de leer estas siglas), seguro que la zona de juego te suena, y es que está basada en el Necrolimbo. No es el mismo mapa, es más pequeño, pero reutiliza mucha de la imaginería y geografía del mismo.
Los secretos de las Tierras Intermedias: Más allá de «Elden Ring» (LunwerGG)
Ahora bien, ¿qué pasa desde entonces? Tus compañeros y tú vais a tener que encontrar un equilibrio entre la exploración y la acción para derrotar enemigos, conseguir runas y subir niveles; pero también encontrar armas, mercaderes y objetos para armaros hasta los dientes. En mi experiencia, los primeros intentos fueron brutalmente difíciles porque lleva un poco de tiempo dejar de pensar en esto como otra partida más de Elden Ring. Esto es Nightreign, algo muy diferente.
Inspiraciones inesperadas para este nuevo souls
Desde ahí, tendrás que irte adentrando en estas Tierras Intermedias buscando fortalecerte hasta que la tormenta se vaya cerniendo sobre ti. En ese aspecto, el referente al que es más fácil acudir es… bueno, Fortnite. No es habitual trazar líneas entre el battle royale de Epic Games y las obras de FromSoftware, pero el estudio tokiota ha encontrado la manera de hacerlo sin que suene a disparate. A medida que se cierre el círculo, se nos irá guiando a un árbol áureo, lugar donde, al final del día, habrá una pelea de jefe obligatoria. Si triunfamos, pasaremos al día 2. Si no, veremos el cartel de «Has muerto» y se habrá acabado la sesión.
Si tuviera que definir Nightreign en pocas palabras, diría que es el Hunt: Showdown de Elden Ring
Ahora bien, he hablado de jefes obligatorios de una manera muy deliberada porque también los hay opcionales, y merecen montón la pena. Estos enemigos no solo nos darán un montón de runas al derrotarlos, sino que además tendrán armas y habilidades nuevas para nosotros. Sí, has leído bien, en Nightreign puedes conseguir habilidades pasivas para tus personajes derrotando a sus enemigos más temibles. Estas van desde las típicas fortalezas o mejoras de estadísticas hasta bonus brutales que te permiten emitir tormentas de electricidad al esquivar o hacer daño en área al correr. Las builds en este título van a ser muy diferentes en comparación con el juego base.
Esto último no lo digo solo porque haya elementos nuevos nunca antes vistos, sino porque vas a tener que despedirte de microgestionar las estadísticas de tu héroe. Cada vez que subas de nivel en un lugar de gracia, lo único que harás será canjear runas por mejoras estadísticas automáticas. Más vida, energía y daño se consiguen a través de esta mecánica, pero su complejidad ha sido enormemente reducida. Canjea runas. Consigue un nivel. No tienes que pensar en absolutamente nada más. Eso sí, esto no significa que no haya pensamiento táctico y crítico a la hora de moldear tu personaje.
Una profundidad mecánica diferente
Cualquier jugador puede usar cualquier arma, pues no hay requisitos de estadísticas, y estas conservan no solo su sistema de Artes como en Elden Ring, sino habilidades pasivas que vas a poder aprovechar aunque no las lleves equipadas. Esto significa que si, por ejemplo, estás intentando crear un personaje que aproveche sangrados y te encuentras un arma que los potencie, aunque no la uses, solo por tenerla equipada vas a poder aprovechar las ventajas que te ofrece. Es una manera de construir a tu personaje más mecánica y tangible que operar aumentando estadísticas en cada nivel, y no puedo esperar a ver las sinergias posibles una vez dominemos todos los elementos del título.
Una sesión estándar de Elden Ring: Nightreign te tiene buscando aprovechar el tiempo constantemente
Si crees que este es un cambio radical, espera a que te diga qué sucede con el equipo de nuestros personajes. ¿Harto de estar gestionando el peso de todas las armaduras y objetos para poder rodar rápido? ¡Nightreign se ha librado de eso! De hecho, el equipo que llevas encima se reduce a talismanes, armas y escudos. Está claro que la gestión ha sido simplificada exhaustivamente, pero hay una razón de peso para ello. No estamos hablando de una simple «casualización», sino que el propio ritmo del juego es incompatible con la idea que tenemos de un Elden Ring o Dark Souls prototípico. Es, a efectos, una agilización de la fórmula en pos de un flujo más inmediatamente tenso.
Una sesión estándar de Elden Ring: Nightreign te tiene buscando aprovechar el tiempo constantemente. Atrás quedaron las descripciones de objetos para entender el lore del juego, los diálogos a descifrar y la exploración casi arqueológica de los niveles: este título te pide que seas ágil y planees tus rutas y curso de acción rapidísimo. Los días pasan en un abrir y cerrar de ojos, y no te va a dar tiempo a explorar todo el mapa de una pasada, es por eso que me alegré de descubrir que, al llegar al día 2, el círculo vuelve a abrirse y localizaciones que se habían vuelto inaccesibles de repente vuelven a ser objetivo de nuestra visita. Eso sí, si crees que puedes volver a los jefes del día 1 y se habrán convertido en una broma, estás equivocado. La dificultad de todos los monstruos escala a medida que vas avanzando. Por un lado, esta es una buena vara para medir tu poder, por otro lado, evita que se trivialicen partes de la sesión.
Personajes, una de las grandes novedades
Si bien es verdad que no hay builds como las de antes, eso no significa que todos los comienzos y progresos vayan a ser ideales, y aquí es donde entra uno de los elementos que más me chocaron del título: sus personajes. Porque no, no vas a poder crear tu propio Sinluz, sino que vas a elegir uno de los personajes predefinidos que FromSoftware ha creado. En mi sesión pude jugar con cuatro llamados Wylder, Guardian, Recluse y Duchess, pero tenemos confirmación de que, cuando el título se estrene, contará con más a elegir. Cada uno esto es es radicalmente diferente al otro, e incluso se podría decir que tiene su rol preasignado, aunque este podrá cambiar durante la partida.
Las diferencias entre estos avatares son notables. Por ejemplo, Wylder rueda para esquivar y es un personaje de peso y aguante medio. Por otro lado, Duchess es mucho más ágil y esquiva como en Bloodborne a costa de tener una barra de vida significativamente más corta. Guardian sería algo así como el tanque del equipo, y Recluse es la maga que pude probar. Todos estos roles pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos gracias a los objetos que te encuentres. ¿Qué pasa si eres un Wylder pero te topas con un arma mágica demasiado buena para dejar atrás durante tu partida? Pues que puedes convertirte en un mago. Eso sí, tienes que tener en cuenta las habilidades innatas de tu personaje a la hora de jugar.
Cada uno de los protagonistas cuenta con una técnica especial y una habilidad definitiva que se irá cargando a lo largo de la partida Wylder lanza un gancho que puede atraer enemigos (o llevarte hasta ellos si son demasiado grandes), Duchess es capaz de repetir a distancia el último combo que haya recibido su objetivo, Recluse absorbe elementos mágicos para fusionarlos y crear ataques nuevos y Guardian crea un tornado para lanzar por los aires a los enemigos que tiene delante. Por otro lado, sus habilidades definitivas permiten lanzar un gran ataque explosivo, reiniciar el aggro de los enemigos, ayudarte a absorber en forma de vida o FP el daño que hagas a tus contrincantes o golpear en área parea, luego, crear un área protectora respectivamente. Choca ver un sistema de clases que parece sacado de un hero shooter en un juego firmado por FromSoftware, pero el estudio nipón ha sabido aprovechar estos estándares con los que todos estamos familiarizados para darle un sabor propio a modelos ya conocidos. Además, esto tiene un efecto muy importante: entrar en Elden Ring: Nightreign no se siente alienígena porque ya estamos familiarizados con algunas de sus idiosincrasias.
El movimiento será uno de los grandes cambios
Como puedes imaginar, el mapa del juego acaba llevando sobre sí gran parte del peso de cada sesión, y, aunque este pueda resultar familiar, ya solo la forma de moverte por él marca un punto y a parte con Elden Ring. El movimiento ha sido reformulado para ser más rápido y ágil. Sin la presencia de Torrentera aquí, tus propias piernas son su sustituto. Vas a poder esprintar rápidamente, trepar por prácticamente cualquier superficie a la que podrías agarrarte de manera realista (no como lo haría Link en The Legend of Zelda: Breath of the Wild, pero sí que te puedes agarrar a los salientes que tengas a la altura de tus manos) y no hay daño por caída. De nuevo, el ritmo de una partida de Nightreign es fugaz y te va a obligar a ser rápido con tus ojos, tus manos y tu cabeza.
Súmale a esto eventos únicos y la aleatorización de los enemigos con los que vas a pelear (jefes incluidos), además de la localización de objetos y demás recursos, y lo que queda es un formato soulslike que, prácticamente, nunca me habría imaginado que fuese a funcionar tan bien. No nos engañemos, es un título exigente, la marca FromSoftware sigue ahí, pero lo bueno es que las partidas van a merecer la pena tanto si ganas como si pierdes, y es que al finalizarlas es cuando entra en juego el último de sus elementos a comentar: las reliquias.
Las reliquias, una razón de peso para experimentar
Subir de nivel y conseguir mejores equipos no es la única forma de progresión que Nightreign plantea, y es que conseguirás objetos llamados runas al acabar las misiones que podrás equipar a tus personajes. Estos les darán varios tipos de ventajas: desde, de nuevo, mejoras estadísticas, hasta cambios a cómo funcionan sus habilidades. Por ejemplo, con Wylder obtuve una reliquia que hacía que, al golpear a un enemigo con mi gancho, mi siguiente ataque me lanzara hacia él y envolviera mi espada en llamas.
Es una mezcla de elementos conocidos que da luz a un juego completamente único
Las reliquias vienen en varios tipos identificados por colores, y cada personaje puede equiparse solo algunos de estos colores. La idea está clara: si consigues runas de un personaje que no es el que sueles usar, quizás te impulse a probarlo y diversificar tu experiencia en el título. Si estabas deseando planear builds y te ha chocado que no puedas hacerlo durante las partidas, ahora sabes que podrás estrujarte el cerebro para encontrar las mejores combinaciones antes y después de estas. Al final, tendrás trabajo de optimización que hacer tanto antes, como durante y después de cada una de las partidas.
Los secretos de las Tierras Intermedias: Más allá de «Elden Ring» (LunwerGG)
Nightreign es una mezcla de elementos conocidos que da luz a un juego completamente único. Lo nuevo de FromSoftware ayuda a posicionarlo, aún más, como uno de los estudios más versátiles de la industria del videojuego. Dejando las florituras de lado, quizás el mayor halago posible para este título es pensar que lo jugué con compañeros del sector que no conocía y con los que ni siquiera compartía lengua materna, y aun así me lo pasé en grande, impaciente cada vez que volvíamos al lobby por empezar una partida más. Esa es la prueba de que este atrevido mejunje tiene papeletas para convertirse en el título cooperativo por defecto de más de uno. Yo, desde luego, tras esta primera sesión de prueba, tengo claro que quiero más.
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La noticia
He jugado 6 horas a Elden Ring: Nightreign y parece mentira que FromSoftware haya vuelto a sorprenderme de esta manera
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3DJuegos
por
Iván Lerner
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