Sé hasta qué punto estoy sólo en esto y puedo llegar a entender por qué. Está el factor de juego como servicio, el aroma a otaku, y esa retorcida obsesión por crear personajes con pechos como balones de playa, pero pese a todo lo que pueda llegar a criticar del ZZZ de los creadores de Genshin Impact, actualización tras actualización me obligan a rendirme a sus pies.
Me parece absolutamente demencial que, bajo la bandera de ser un free-to-play, Zenless Zone Zero se supere en cada nueva versión de la forma en la que lo está haciendo. No es sólo una alegría para los que seguimos ahí y semana tras semana nos cruzamos con algo nuevo, también es una vara de medir en la que el resto de juegos como servicio deberían empezar a fijarse. Tras lo presentado en su versión 1.4, ya quedan pocas dudas de que es el juego gratuito más ambicioso y prometedor que hay actualmente en el mercado.
El Dan Da Dan del mundo del videojuego
Habiendo pasado olímpicamente de Genshin Impact y Honkai Star Rail, a ZZZ llegué por dos razones. Por un lado la curiosidad. El saber hacia dónde podría dirigirse un mercado en el que China cada vez hace más ruido, y con el interés genuino de entender a qué venía tanto bombo con el Hoyoverse.
Por el otro, en busca de un sustituto capaz de llenar el hueco que experiencias hack’n slash como Devil May Cry o Bayonetta dejan tras de sí entre un lanzamiento y otro. Con Platinum Games en horas bajas, hay pocas compañías que se atrevan a encumbrar un género que parece cada vez más de nicho.
Tras la irremediable sorpresa inicial por la calidad de sus combates, con unos jefes finales memorables, unos parry de lo más adictivos, y unas cinemáticas que poco o nada tienen que envidiar a Dan Da Dan y otras series anime del momento, decidí quedarme para comprobar de primera mano hacia dónde iba este barco.
Con la versión 1.4 lanzada esta semana, ZZZ confirma sacando toda su artillería lo que muchos ya intuíamos desde hace meses, que no sólo no ha llegado a puerto, sino que el viaje acaba de empezar. Y qué viaje, gente. Pocas, por no decir ninguna, me he cruzado con un juego en el que la pasión por la idea que les llevó a iniciar esta aventura, y las ganas de mantener contento a quienes les acompañamos en ella, resulte tan evidente. No hay más que acercarse a todo lo que van añadiendo para entender el porqué.
Ningún otro juego da tanto por tan poco
Personajes nuevos cada dos por tres que añaden nuevos poderes y sinergias a lo que ya hay sobre la mesa, minijuegos que van desde tímidos pero entretenidos puzles hasta su propia versión de Vampire Survivors o un beat’em up, desafíos opcionales plagados de regalos en los que termina importando más lo bien que te lo pasas que los objetos que farmeas, misiones secundarias que profundizan en la historia con la misma calidad e inventiva que ofrecen en la campaña principal…
Que a cambio te pidan la nada más absoluta es, de hecho, lo único que me preocupa sobre su salud. Es cierto que su sistema de monetización está basado en que aflojes la cartera para conseguir nuevos personajes o los objetos que necesitas para mejorar cada uno de sus atributos.
No es menos cierto que llegar hasta donde estoy yo ahora, con todos los personajes que me interesaban en mayor o menor medida desbloqueados, y con todas sus estadísticas a punto para enfrentarme a cualquier desafío que me quieran echar a la cara, puede conseguirse sin pasar por caja. Lo sé porque, a grandes rasgos, soy la viva prueba de ello.
Si bien es cierto que me gusta apoyar los juegos gratuitos a los que me sumo con alguna microtransacción que otra (qué menos), en el caso de ZZZ quise hacer el experimento de comprobar hasta qué punto Hoyoverse me iba a mendigar dinero, ponerme palos en las ruedas para que no avanzase, o agarrarme del brazo con más insistencia de la cuenta. No sólo no ha ocurrido, sino que además estoy a apenas una tirada de conseguir a Miyabi, probablemente el personaje más esperado del juego, gracias a todo lo que a base de jugar me han dado hasta ahora.
Por un lado me resulta de locos que sigan ofreciendo esta cantidad y calidad de contenido sin pedirme nada a cambio y temo porque alguien termine cerrando la persiana del que sin duda está siendo uno de mis juegos favoritos de este 2025. Por el otro, empiezo a entender que parte de la estrategia es esa, que está todo controlado, y que por cada 100 jugadores free-to-play que haya habrá algún porcentaje de ballenas que mantenga con sus microtransacciones el barco a flote. Francamente, no sé qué modelo seguirán los juegos free-to-play del futuro, pero ahora sí sé a ciencia cierta que, de seguir algún camino, debería ser el de Zenless Zone Zero.
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La noticia
Es increíble que un juego gratis siga añadiendo esta cantidad y calidad de contenido. Es la razón por la que sigo enganchado ZZZ
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Rubén Márquez
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