En la relación entre Japón y los cuatro dedos hay ejemplos para aburrir, desde las portadas de los videojuegos de Los Simpson hasta Crash Bandicoot, pasando por otros aún más extremos como la reanimación de Ratchet & Clank para añadir un quinto dedo o el hecho de que el protagonista de Psychonauts tenga el meñique pegado al anular para ahorrarse ese trabajo.
Pese a que producciones como la serie de Los Simpson llegaron al país nipón manteniendo los cuatro dedos que tienen en occidente, al igual que otros como Mickey Mouse, en casos más recientes se ha invitado a los animadores a rehacer el trabajo para evitar esta práctica. La razón por la que en occidente se hacen personajes con cuatro dedos es simple. La de Japón para evitarlos a toda costa, en cambio, es algo más complicada.
Por qué los personajes de dibujos animados tienen cuatro dedos
Si alguna vez te has enfrentado al difícil reto de dibujar una mano, probablemente ya sepas por qué se empezó a realizar esa práctica de dar forma a personajes animados con sólo cuatro dedos o, en casos aún más extremos, hacerlos con guantes en vez de con manos realistas.
Hay quienes creen que la razón está en intentar evitar una suerte de valle inquietante en el que, por su parecido con la realidad, podrían llegar a resultar perturbadores entre el público. Lo cierto es que, simple y llanamente, se hizo por pura pereza y a partir de ahí el resto de animadores se sumó sin dudarlo a la tradición.
Si dibujar una mano con cinco dedos que resulte realista es difícil, animarla lo es aún más, así que evitando ese dedo adicional para dejarlo en sólo cuatro suponía un alivio de trabajo brutal cuando tocaba dibujar una mano cientos de veces para realizar cualquier animación. El uso del guante de Mickey Mouse, de hecho, facilita aún más ese proceso.
Sin embargo, en los animes japoneses no ocurre lo mismo, y allí el uso de cinco dedos en los personajes es mucho más habitual. Aunque está fuera de lo común, de tener que aliviar esa carga de trabajo en Japón como mucho pueden optar por tres dedos, pero nunca cuatro. La razón está en un tabú social que se remonta a hace más de 400 años.
El problema de Japón con los cuatro dedos
La máquina del tiempo nos lleva esta vez hasta el Japón Feudal, cuando el Shogunato Tokugawa tuvo la brillante idea de separar a la población nipona en un sistema de castas de varios niveles. Mientras que los samuráis estaban en lo más alto del escalafón y se les rendía pleitesía, en la parte más baja estaban los burakumin.
Lejos de haber hecho nada malo, este grupo simplemente estaba formado por carniceros, curtidores de pieles y sepultureros. Por estar su trabajo estrechamente relacionado con la muerte, el resto de Japón les dio la espalda, quedando aislados en pueblos alejados de la sociedad por sus trabajos impuros. De rebote, ese odio hacia ellos terminó provocando que se convirtiesen en la clase más maltratada del país nipón, alcanzando generación tras generación unos niveles de analfabetismo muy por encima del resto de la población.
Pese a que con el tiempo se eliminó ese sistema de clases, la animadversión hacia los burakumin no cesó. De hecho, aún se mantiene a día de hoy, con familiares y empresas investigando el árbol genealógico de futuros pretendientes y trabajadores para evitar relacionarse con ellos pese a que la ley persigue la práctica. Es lo que tiene que, más allá del oficio de sus antepasados, en realidad sean un grupo de más de 3 millones de japoneses que resultan indistinguibles del resto.
Por aquello de trabajar con la carne y ser más propensos a rebanarse un dedo en el proceso, la idea de los cuatro dedos como símbolo de los burakumin se extendió como la pólvora. Al considerarse también el número cuatro como equivalente a mal fario por pronunciarse «shi», que significa muerte, la relación de los cuatro dedos con la población japonesa resulta de lo más controvertida.
Que con el tiempo los miembros de la Yakuza se rebanasen el meñique como símbolo de sumisión hacia su clan no ayudó en absoluto. Así que pese a que los dibujos animados y ese odio interno hacia miembros de su propia comunidad no tenga aparentemente ninguna relación, en Japón se evita la práctica para intentar no herir sensibilidades.
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La noticia
En Japón los personajes de dibujos tienen cinco dedos y aquí sólo cuatro. La razón está en un pueblo con más de 400 años: los burakumin
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Rubén Márquez
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