Por fin, se ha cerrado un círculo: Red Dead Redemption ya está en PC. Parece mentira que hayamos tenido que esperar 14 años para poder decir esta frase. Rockstar parecía tener una relación complicada con el PC como plataforma, pero finalmente ha llegado, y con ello, los rumores sobre una supuesta imposibilidad de trasladar el código de este clásico moderno más allá de las consolas se han disipado. Llevo horas sumergido en un mundo abierto que ya me atrapó como nunca hace tres lustros, y todo funciona como había soñado en mis momentos más lúcidos. Sin embargo, me ha surgido una duda: ¿es esta la mejor versión que podemos pedirle a Rockstar?
Claro está, como dice el refrán, «más vale pájaro en mano que ciento volando». No obstante, y si bien es cierto que la compañía anglosajona es una que, en su forma artesanal de hacer videojuegos, mima su salida en cada plataforma hasta el punto de demorarse el tiempo necesario aunque la opinión pública no está de su parte, es un proyecto menos ambicioso de lo que podría ser. No busca acercarse a Red Dead Redemption 2, sino cerrar un círculo. ¿Es malo? No, pero quizá algo perezoso dentro de lo maravillado que es capaz de dejarte 14 años después.
El Salvaje Oeste, tan bonito como lo recordaba
Como muchos de vosotros, la primera vez que tuve Red Dead Redemption en mis manos —de hecho, aún corona mi estantería con una empolvada versión de PS3— no sabía que estaba ante una secuela propiamente dicha, una que cambiaría todo. La coletilla «Redemption» auguraba un nuevo amanecer para Red Dead, y así fue. La primera vez que pones los pies en las polvorientas calles de Blackwater, algo hace clic en tu cabeza, y esta nueva versión del clásico de Rockstar San Diego revive esa magia, aunque esta vez con un nuevo equipo al mando.
El port de Red Dead Redemption viene firmado por unos veteranos, al menos para Rockstar: Double Eleven. Este equipo, que no se casa con nadie —ha colaborado con Obsidian, Xbox y Mojang—, ya trabajó para el estudio estadounidense en aquel Red Dead Redemption para PS4 y Nintendo Switch en 2023. Lo que tenemos entre manos hoy es su versión más completa, aunque conservadora. Al igual que en consolas, Double Eleven sacrifica el modo multijugador, pero aúna todo el contenido descargable, incluida la expansión Undead Nightmare, en un mismo launcher, aunque este requiera tener el software de Rockstar Games en el PC.
Tanto si no lo recordáis como si no lo jugasteis, no entraré en detalles narrativos, ya que podéis encontrar análisis específicos para ello; aquí me centraré en el apartado visual. A diferencia de GTA: The Trilogy, Double Eleven no ha aplicado un lavado de cara excesivo o artificial, sino que ha rescatado Red Dead Redemption de las frías manos de Xbox 360 y PS3 en un estado tan impecable que aún se respira ese olor añejo. Con ligeros cambios aquí y allá, como una mayor distancia de dibujado y un mejorado nivel de detalle en ciertas texturas, Double Eleven nos ofrece un proyecto que, si bien es lo que podríamos esperar, no necesariamente lo que hubiéramos querido después de tanto tiempo.
No me malinterpretéis, recorrer Armadillo o Nuevo México persiguiendo a la antigua banda de Dutch sigue siendo espectacular, pero no hay cambios notorios. Donde sí hay una mejora, aunque sin desvirtuar el proyecto original, es en la iluminación. Aquel juego de la séptima generación ya evitaba el tono amarillento de muchas producciones AAA. Rockstar hizo magia al brindarnos un proyecto cuidado con una paleta de colores impresionante, y Double Eleven ha añadido pequeñas mejoras para dar más empaque a las escenas nocturnas y los espacios interiores, con un tratamiento de luz más variado y mejoras en la oclusión ambiental y los reflejos.
Os lo aseguro, no notaréis grandes diferencias, pero esta mejora en el acabado visual genera secuencias mucho más agradables a la vista, haciendo que aunque digas «esto es un juego de hace 14 años», no lo sientas como tal. Sin embargo, no esperéis añadidos mecánicos o narrativos, ni siquiera menciones a Arthur Morgan, ya que, aparte de los ajustes visuales mencionados, el resto se mantiene invariable: mismo combate, animaciones, música y voces. Aunque se han implementado ciertas mejoras en los controles, que hacen la reactividad con teclado y ratón más fluida, el resto es idéntico.
Un port que llega 14 años después y funciona en PC de hace 10 años
Dicho esto, perseguir a la banda de Dutch en PC y poner fin a esta historia que comenzó a finales del siglo XIX con Arthur Morgan, aunque en 2010 no existiera tal personaje, resulta tan gratificante como cabría esperar. Double Eleven apuesta aquí por las configuraciones estándar en PC, con un buen despliegue de opciones visuales, sin alardes o excentricidades. Red Dead Redemption ofrece soporte para DLSS y FSR, además de Frame Generation, aunque solo en tarjetas NVIDIA RTX 40. Esto último no representa un problema, ya que el juego apenas exigirá al PC.
Es interesante señalar una decisión que me sorprendió: Red Dead Redemption está limitado a 144 FPS. Si bien jugar a más de 60 FPS, salvo en shooters competitivos, no es crucial, quienes posean un equipo potente querrán que sea el hardware el que determine el rendimiento, no el juego. No es un problema, de nuevo, y tampoco se ven afectadas las animaciones al romper el límite usando mods de la comunidad, aunque la decisión sorprende.
Incluso sin DLSS, el rendimiento se mantiene por encima de 88 FPS
Sea como sea, en términos puramente técnicos, el port es estable como una roca. Aunque se trata de un proyecto de hace 14 años, con una RTX 3060 Ti, 32 GB de RAM DDR4 y un i5 12400 —nada fuera de lo común—, jugar con DLSS en resolución nativa ofrece una impresionante media de más de 90 FPS, con un consumo de 12 GB de RAM, por lo que un PC con 16 GB no debería tener problemas. Incluso sin DLSS, el rendimiento se mantiene por encima de 88 FPS, aunque aquí deberéis utilizar FXAA para evitar que los dientes de sierra afecten a la calidad visual en la distancia.
Red Dead Redemption realiza una pequeña carga de shaders al inicio de la partida, cada vez que se carga un archivo de guardado, y no he notado ralentizaciones; los saltos entre cinemáticas y gameplay son tan finos y fluidos como el primer día. Sin embargo, no está exento de errores. Con Frame Generation activado en un portátil con una RTX 4070, la interfaz muestra cierto ghosting, especialmente en los consejos u objetivos en la esquina superior izquierda de la pantalla. Esto parece ser más un problema de la tecnología de NVIDIA que del propio juego. Además, el juego se ejecuta en pantalla completa exclusiva, lo que puede resultar menos compatible con otros programas en segundo plano.
Hasta hace dos días, pensar en Red Dead Redemption era hacerlo teniendo en mente que no había ninguna versión para PC. Ahora que la tenemos entre nosotros, es la oportunidad perfecta para jugar a una obra magna de nuestro medio, con un rendimiento impresionante y ligeros detalles aquí y allá para pulir la experiencia. ¿Pero podríamos haber pedido más? Sí, mucho más.
- El juego necesita Rockstar Game Launcher para funcionar.
- Incluye Undead Nightmare y el juego base, no el multijugador.
- Se han aplicado ajustes en la iluminación y texturas que, aún siendo menores, mejoran un pelín el acabado.
- Incluso sin DLSS o escalados, el juego funciona a la perfección en la gama media.
- No es un remaster, no hay ni mecánicas pulidas ni ajustes visuales nuevos, es el mismo juego de hace 14 años.
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La noticia
Se rompe al fin la maldición de Rockstar en PC, aunque tras casi 15 años de espera podrían haber hecho más. Análisis de Red Dead Redemption
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Alberto Lloria
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