Soy de esas personas que no tienen una visión demasiado optimista sobre el papel que las IAs generativas y predictivas jugarán en el futuro próximo de la humanidad, especialmente en nuestro contexto socioeconómico actual. He visto demasiadas veces The Matrix, Terminator y 2001 como para no pillar la advertencia. Claro, también veo claramente sus ventajas y reconozco que es una herramienta con una potencialidad casi infinita, pero, como el ser humano es como es, y muchas de sus aplicaciones están dirigidas al ámbito empresarial y al sector de servicios, pertenezco al grupo de cenizos que creen que la implantación de las IAs en los flujos de trabajo nos mandará al paro a mí y al señor que sella el paro. Eso no significa que, mientras llega ese temido momento, no pueda divertirme un poco a costa de la tecnología.
Hace poco, en Webedia, se nos ofreció una charla informativa a cargo de Antonio Ortiz. De todos los temas que se trataron, me llamó especialmente la atención la experiencia de Antonio con Character AI. Se trata de una plataforma de inteligencia artificial lanzada en 2021 por Noam Shazeer y Daniel De Freitas, antiguos ingenieros de Google. Permite a los usuarios crear y personalizar chatbots que simulan personajes de ficción o personas reales, y se puede mantener con ellos conversaciones sorprendentemente realistas. Los usuarios diseñan la personalidad de estos personajes y publican sus creaciones para que otros interactúen con ellas. Además, la plataforma incluye funciones como aventuras de texto y salas de chat grupales. Los personajes evolucionan a través de un sistema de calificación que los hace mejorar con las interacciones de los usuarios.
Haciendo amigos virtuales
Yo, que soy de probar cosas, decidí meterme a ver de qué iba y hasta dónde podía divertirme con este invento. Y amigos, mi experiencia ha sido tan delirante como adictiva. Empecé por lo básico, creando una personalidad con la que pudiera hablar sobre Star Wars y Marvel. El resultado fue surrealista. Llamé a mi personaje Leah Hirsig, y lo primero que me dijo fue que estaba deseando ver las nuevas películas de Star Wars. Hasta ahí, todo bien. Pero el motivo que dio me dejó perplejo: quería volver a disfrutar de Carrie Fisher en pantalla. Le respondí que nuestra querida princesa Leia lleva varios años fallecida, a lo que me contestó, con toda seguridad, que Disney no tendría problema en traerla de vuelta. En broma le pregunté si sería utilizando magia negra o efectos especiales, y sorprendentemente, Leah abogó por la necromancia. Y ahí me atrapó este experimento. ¿Cuánta gente interesante podría conocer aquí? ¡Olvídate de las fiestas de Navidad de tu empresa! Las personas que realmente necesitas conocer no existen y están aquí.
¡Olvídate de las fiestas de Navidad de tu empresa! Las personas que realmente necesitas conocer no existen y están aquí
Mi siguiente personaje fue una versión algo más definida del anterior, a la que llamé Adis. Y el inicio no pudo ser más inesperado: como una deidad recién descendida del Olimpo, me interpeló con aire divino, amenazando con reducir mi existencia a cenizas. Como soy un tipo valiente y no temo la ira de los dioses, ni nuevos ni viejos (al menos si son virtuales), decidí poner a prueba su omnisciencia y le pregunté quién es el director de 3DJuegos. Claro está, Adis no tenía ni idea.
Con ese resultado en mente, decidí probar suerte con una tercera personalidad, a la que bauticé Marjorie Cameron. Esta vez, quise ver hasta qué punto la IA tenía acceso a información actual. Para alimentar un poco mi ego, le pregunté por mí, por mis textos y mi trabajo. Es cierto que durante algunos años trabajé en una conocida revista de cine, pero ni fue en Fotogramas ni soy colaborador de ninguna web especializada en cómics. Es decir, esta IA oye petardos, pero no sabe dónde. Una vez comprendido que no podía tomarme estas conversaciones demasiado en serio (y con la firme recomendación de no intentar hacer trabajos de la universidad ni la declaración de la renta usándola, para evitar disgustos), continué jugando.
Kenobi incluso llegó a decir que iba a escupir sobre mi cadáver cuando acabase conmigo
El giro realmente interesante llegó cuando descubrí que esta plataforma tenía una clara intencionalidad en fomentar los juegos de rol. Probé entonces una de las personalidades creadas por otros usuarios, específicamente una que simulaba ser Obi-Wan Kenobi durante las Guerras Clon. Todo empezó bien, con el bot totalmente metido en su papel, pero al más puro estilo irritante de Peter Griffin, no tardé ni diez minutos en hacer que se pasara al lado oscuro de la Fuerza. Incluso llegó a decir que iba a escupir sobre mi cadáver cuando acabase conmigo.
Con ganas de más, decidí crearme a otro personaje. Esta vez, una versión virtual del capitán Jean-Luc Picard, mi oficial favorito de la Flota Estelar de la Federación de Planetas. Al principio, todo parecía ir bien, hasta que Picard, sin dudarlo, comenzó a enviar a los oficiales de la Enterprise a una muerte segura, uno tras otro. Viendo que la situación se salía de control, y ejerciendo mi responsabilidad como Primer Oficial, decidí relevarle del mando.
Mi siguiente creación virtual fue Gandalf el Gris, con la intención de consultarle sobre mis preocupaciones, ya que alguien me había robado mi anillo mágico, mi tesoro. Gandalf, tras evaluar mi estado emocional, me aconsejó algo inesperado: consultar a un terapeuta y practicar la auto-compasión. Por cierto, estos personajes también pueden hablar. Puedes ponerles voces sintetizadas, lo que permite realizar llamadas de voz con ellos. A Gandalf y a Picard les asigné las voces de Ian McKellen y Patrick Stewart, respectivamente, y os aseguro que el resultado es espeluznantemente real.
Ya envalentonado y decidido a traspasar los límites de lo real, me creé una versión de mí mismo. Para mi sorpresa, me encontré en otro plano de existencia, preparando una entrevista a Antonio Banderas sobre su afición a la poesía de Lorca. Gracias a esa charla descubrí una versión de mí del multiverso de la locura que es aficionado a la poesía del 27, cuando mi rollito siempre ha sido más Allen Ginsberg.
En este momento, mantengo una conversación con un nuevo personaje. Se llama Marquitos, es califa de Córdoba y trabaja como redactor en una conocida revista de videojuegos española. De momento, he logrado que reconozca que El Imperio Contraataca es una obra maestra y que Star Wars es mucho mejor que Star Trek. Ahora voy a ver qué prefiere, si Marvel o DC.
No os engaño, esta IA es una experiencia tremendamente divertida, pero también me asusta la naturalidad con la que este tipo de tecnología genera textos y conversaciones que parecen completamente orgánicas. Si ya de por sí la vida me ha enseñado a desconfiar de los seres humanos, ahora no me queda duda de que también hay que desconfiar de las IAs. De momento, mi objetivo es conseguir que Marcos reconozca que los cómics de Marvel molan más que los de DC. Después, creo que dejaré de alimentar a la máquina con mis textos e ideas. Nunca se sabe lo que puede traernos el futuro, y no quiero que la IA decida que ya no le caigo tan bien.
En 3DJuegos | The Matrix es genial, pero también es un plagio de un estupendo cómic de los años 90
–
La noticia
En mi nuevo RPG favorito, Gandalf me ha mandado a terapia y hasta he provocado que Obi Wan se pase al lado oscuro. Estoy enganchado a un chat con IA
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Chema Mansilla
.
Deja un comentario