Ya sea a través de plataformas como la deep web o mediante mensajes en grupos de chat como los de Counter Strike, las organizaciones criminales se valen de cualquier estrategia para realizar sus comunicaciones de forma segura y privada. Cuando la plataforma encriptada EncroChat quedó comprometida por las autoridades europeas, encontraron una alternativa en una compañía que estaba vendiendo teléfonos seguros entre redes de criminales para garantizar su seguridad.
Aquellos teléfonos no podían realizar llamadas o acceder a internet, y lo único que funcionaba en ellos era una aplicación de mensajería cifrada llamada ANOM que, por ser ultraseguros, rápidamente se extendieron por el mundo gracias al boca a oreja llegando a más de 100 países de la mano de más de 12.000 dispositivos. Todos eran del FBI.
El engaño de la Apple del FBI
Esta peculiar Apple del mundo criminal ofrecía todo lo que una organización de este estilo podía desear. Sus teléfonos estaban protegidos con cifrado de extremo a extremo, los servidores estaban alojados en países donde las leyes sobre este tipo de comunicaciones no podían ser perseguidas, y sus redes de distribución estaban ligadas a distintos grupos criminales de Australia, Europa y Estados Unidos.
Lo que no sabían todos ellos era que, gracias a una puerta trasera implementada en la propia aplicación, los mensajes enviados a través de la plataforma eran copiados y enviados directamente al FBI y a otras autoridades, donde los mensajes cifrados aprovechaban esa vulnerabilidad para volverse visibles a ojos de la policía.
La popularidad de estos dispositivos hizo que el FBI tuviese que colaborar con Google para el envío masivo de bolsas llenas de teléfonos Google Pixel a Europa porque se estaban agotando. Miles de teléfonos que luego eran repartidos entre las autoridades para que equipos infiltrados en dichas organizaciones y redes de distribución siguieran haciendo girar la rueda.
Tras años acumulando mensajes, y antes de que las organizaciones criminales empezasen a sospechar, la operación se detuvo y distintas agencias alrededor del globo se organizaron para coordinar arrestos masivos en todo el mundo. El resultado fue el arresto de 800 sospechosos y la incautación de toneladas de sustancias ilegales, armas y más de 48 millones de dólares en distintas monedas y criptomonedas. Con ello, el caso de ANOM se convirtió en uno de los mayores logros en la historia de la ciberseguridad.
Imagen | WillIntui
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La noticia
En 2018 miles de criminales consiguieron más de 12.000 teléfonos encriptados. Todos eran de una Apple ficticia creada por el FBI
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3DJuegos
por
Rubén Márquez
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