La Casa del Dragón, crítica del arranque de la Temporada 2. El spin-off de Juego de Tronos recupera toda la gloria y épica de la superproducción de HBO

Uno de los problemas que tenía con Juego de Tronos es que de una temporada a otra parecía olvidarme de qué había pasado y perdía el hilo narrativo. Empezaba una nueva temporada y los primeros momentos eran de desconcierto: «¿Quién es ese, no estaba muerto? ¿Y esto es en Desembarco del Rey o en Aguasdulces?». Lo mismo me pasaba con los libros de Martin (cuando los escribía). Cosas de la edad, supongo, pero estoy seguro que no me pasaba a mí solo. De ahí que uno de mis temores de cara al estreno de la segunda temporada de La Casa del Dragón es que no me enterara de nada, y que la serie llegara a Max en un momento en el que el público parece haberse olvidado del drama dinástico de los Targaryen, tan rubios y conspiradores ellos, de sus dragones y la compleja trama planteada por la primera temporada de la serie para Poniente y sus reinos. Por eso os recomiende encarecidamente que os pongáis un día y le deis un repaso a la temporada 1, porque en ese sentido la 2 empieza de manera inclemente.

«El Rey tiene muchos enemigos»

He podido ver los cuatro primeros episodios de la Temporada 2 de La Casa del Dragón y, amigos, ¡qué viaje! No diré que llegan al nivel de los mejores finales de temporada de Juego de Tronos, pero preparan el camino para que así sea. Por desgracia, no puedo daros detalles de la trama, de sus giros argumentales y sus golpes de efecto, pero los hay, y muchos. Y muy buenos. Cosas de los embargos, los NDA y demás imposiciones. Pero sí os puedo transmitir mi entusiasmo.

La Casa del Dragón vuelve a jugar con todas esas tramas llenas de rencores y tradiciones

Por un lado, a los que os gustaban todos esos tejemanejes cortesanos de susurros en pasillos y cuchilladas por las espalda en palacios y castillos, estáis de enhorabuena, porque La Casa del Dragón vuelve a jugar con esas tramas llenas de rencores y traiciones. La serie lo hace contando con unos diálogos tremendos, una puesta en escena pictórica y un reparto brillante, en el que deslumbran profesionales como Emma D’Arcy, Rhys Ifans, Olivia Cooke, Tom Glynn-Carney y Ewan Mitchell, merendándose en pantalla a actores de la talla de Matt Smith. El trabajo de los guionistas por hacer del libro de Martin en el que se basa la serie algo mucho más interesante y majestuoso que el material original es digno de mención. El talento de leste equipo de inspirados profesionales para adaptar la narración de Sangre y Fuego, un libro escrito en forma de crónica histórica bastante flojilla, en un drama televisivo lleno de intriga y emoción, es un logro notable.

Los fans que quieren acción y batalla, también tendrán su dosis. Aquí no tenemos esa amenaza constante de los caminantes blancos, pero sí que se empiezan a oír tambores de guerra y su presencia cada vez resulta más angustiosa. Y claro, dado el planteamiento de la serie, hay dragones a cascoporro. El arranque de esta nueva temporada no podría haberme parecido mejor. Allí donde la primera me parecía irregular pero salpicada de algunos grandes momentos, esta segunda me parece mucho más sólida e intensa, al menos, en su primera mitad. Estoy en un sinvivir por saber cómo continúa desarrollándose la historia.

Estoy en un sinvivir por saber cómo continúa desarrollándose la historia

Uno de los aspectos que más me ha cautivado es la ambientación. La serie logra captar la esencia de Poniente, trasladándonos de nuevo a esos paisajes y escenarios que se nos hicieron tan familiares en Juego de Tronos. Cada escena está cuidada al detalle, desde los opulentos salones de los castillos hasta los oscuros y peligrosos callejones de las ciudades. No he visto ninguna taza del Starbucks. Se nota el mimo puesto en cada detalle. Es fascinante ver las filigranas que adornan las armaduras o cada rincón de los decorados. La atmósfera creada es envolvente, y uno se siente nuevamente inmerso en este mundo de intrigas, conflicto y poder.

Un nuevo choque de reyes

Como os decía, la diversidad en el reparto también es algo a destacar. La Casa del Dragón ha hecho un esfuerzo consciente por incluir personajes de todo tipo, lo cual añade una capa adicional de riqueza al universo de Martin, con los que los espectadores pueden identificarse. Como ocurrió con Juego de Tronos, cada cual apostará por un bando y volverán los amigables piques entre cuñados y compañeros de oficina que rindan tributo a las diferentes casas que participan en este nuevo (y a la vez antiguo) conflicto de Poniente.

En términos de narrativa, la serie sigue siendo fiel al tono oscuro y realista de su predecesora, con ese toque tan HBO. La producción de la serie no escatima en mostrar la brutalidad del mundo en el que se desarrolla, con escenas que pueden resultar impactantes pero que son coherentes con el espíritu de la obra original. Los conflictos entre las diferentes casas y las luchas internas dentro de la Casa Targaryen están llevados con maestría, manteniendo al espectador al borde de su asiento en todo momento. Y todo, gracias a sus personajes. Yo estoy a tope con Rhaenyra Targaryen.

Un nivel de producción épico

La música de Ramin Djawadi sigue siendo un elemento clave que potencia la epicidad de la serie. El compositor, que ya nos cautivó con la banda sonora de Juego de Tronos, vuelve a ofrecernos temas que se quedan grabados en la memoria y que acompañan perfectamente las escenas, elevando la tensión y la emoción de cada momento, si bien hay que reconocer que con la anterior serie ya había mucho trabajo hecho.

Hay momentos en los que la narrativa puede parecer densa y los saltos temporales pueden confundir

Una de las críticas que se puede hacer a esta segunda temporada es que, al igual que en la primera, hay momentos en los que la narrativa puede parecer densa y los saltos temporales pueden confundir a los espectadores menos atentos. Sin embargo, esto también puede ser visto como una característica que invita a la re-visualización y al análisis detallado, algo que los fans más acérrimos seguramente apreciarán. ¿Qué sería del estreno de cada nuevo episodio sin los pormenorizados análisis realizados por los fans?

Los efectos visuales también merecen una mención especial. Los dragones, una vez más, son una maravilla técnica. Cada vez que aparecen en pantalla, roban el espectáculo. Las escenas de vuelo y combate son impresionantes y demuestran el alto nivel de producción de la serie. Es evidente que HBO Originals no ha reparado en gastos para asegurarse de que La Casa del Dragón esté a la altura de las expectativas de los fans. Cada fotograma huele a la mejor fantasía.

Los primeros cuatro episodios de la segunda temporada de La Casa del Dragón recuperan toda la épica y la gloria de los mejores momentos de Juego de Tronos. La serie ha encontrado su ritmo y parece estar en camino de convertirse en un digno sucesor de su predecesora. La combinación de una narrativa intrigante, un reparto excepcional y una producción de alta calidad hace que esta temporada sea imperdible para los fans del género. No te pierdas el estreno de la segunda temporada de La Casa del Dragón en MAX el próximo 16 de junio de 2024. Asegúrate de estar al día con la primera temporada y prepárate para un viaje lleno de emociones y sorpresas.

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La Casa del Dragón, crítica del arranque de la Temporada 2. El spin-off de Juego de Tronos recupera toda la gloria y épica de la superproducción de HBO

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3DJuegos

por
Chema Mansilla

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