Cuando hablamos de Assassin’s Creed o Prince of Persia, es imposible no pensar en Ubisoft. La desarrolladora ha introducido ambas marcas en lo más profundo de su ADN hasta tal punto que la mera mención de cada saga implica casi irremediablemente una alusión a este titán francés. Sin embargo, hubo una mente brillante detrás de estos proyectos que llevó a los también creadores de Rayman a un nivel superior en la industria de los videojuegos: Patrice Désilets, quien también se propuso revolucionar el sector con una experiencia parecida a Assassin’s Creed: Hexe que lleva mucho tiempo desaparecida. Nos referimos a 1666 Amsterdam, un juego que sufrió uno de los mayores ‘tira y afloja’ legal que hayamos visto en el mundo de los videojuegos.
Un Assassin’s Creed: Hexe con tintes barrocos
Antes de entrar en las pesquisas judiciales entre ambos bandos, es importante definir qué es exactamente 1666 Amsterdam (según las pequeñas píldoras de información compartidas a lo largo de los años). Porque el público nunca tuvo la oportunidad de ver una presentación oficial del juego, al menos por el momento, pero Désilets tan solo tuvo que mencionar las características básicas de su proyecto para animar a la comunidad. A fin de cuentas, hablamos de una experiencia con referencias demoníacas cuyo diseño visual se inspiraba en las pinturas flamencas propias del estilo de artistas del siglo XVII como Rembrandt y Vermeer.
«Va a ser narrativo y va a tratar sobre el Demonio. Ese es el tema» (Patrice Désilets).
Y, si bien es cierto que el creador de Assassin’s Creed se ha resistido a dar detalles sobre su título, llegó a decir en una conferencia canadiense que «quiero crear un juego sobre el Demonio. Odio las películas de terror, y odio el tema por alguna razón, así que sería un desafío para mí». Al ser preguntado sobre la historia y mecánicas de juego, el creativo sólo repitió su intención de centrar su experiencia alrededor de la criatura maligna: «No te ayudaré mucho. Va a ser narrativo y va a tratar sobre el Demonio. Ese es el tema».
¿Por qué decimos que se trata de un Assassin’s Creed: Hexe con tintes barrocos? Pues, más allá de su ya comentado estilo, una filtración de su gameplay desveló que parte de la aventura consistía en controlar animales tales como cuervos, gatos y ratas. Además, el avance mostraba que el protagonista tenía poderes sobrenaturales capaces de mover objetos pesados e incendiar toda una ciudad. Así que, si atendemos a los últimos rumores sobre el proyecto oficial de Ubisoft, que estaría protagonizado por una bruja, hay aspectos que coinciden entre sí.
Si estas descripciones han captado tu atención, ahora nos vemos obligados a desinflar el globo de la ilusión haciéndote saber que el estado actual de 1666 Amsterdam es totalmente desconocido. Porque, tras ser desvelado allá por 2012 con un simple registro en los organismos oficiales, este juego experimentó un vaivén de acusaciones, una suspensión temporal, un retorno y un largo silencio que todavía se mantiene en el tiempo. Lo que, sin duda, nos deja con una de las batallas judiciales más extrañas del sector de los videojuegos.
Una trifulca aparentemente eterna
Tras describir 1666 Amsterdam y su experiencia, al menos lo que se sabe hasta el momento, es hora de pasar a una explicación cronológica de todos los acontecimientos que sucedieron alrededor del juego. Y con esto nos remontamos al 2010, año en el que Désilets decidió abandonar Ubisoft a pesar de haber creado dos sagas brillantes: Assassin’s Creed y Prince of Persia; según parece, el profesional se estaba hartando de las exigencias de la compañía gala en lo referente a lanzar una entrega de Assassin’s Creed al año y ya no se sentía cómodo en la empresa. Un año después, en 2011, se desveló que el creativo había dado el salto a la distribuidora THQ para desarrollar Ancestors: The Humankind Odyssey y el juego que protagoniza este texto. De hecho, la comunidad conoció la existencia del proyecto gracias a que la editora registró en 2012 la marca «1666».
Tras declarar la bancarrota, Ubisoft compró THQ Montreal y Désilets no tuvo más remedio que regresar a la empresa de la que se había marchado.
Pero las cosas no fueron bien en THQ. Aunque tenía la intención de convertirse en un titán de la industria de los videojuegos, la empresa se vio obligada a declarar la bancarrota y vender sus activos. Y fue aquí cuando Ubisoft compró THQ Montreal, estudio donde Désilets estaba desarrollando sus dos nuevos proyectos. En pocas semanas, y en un giro de los acontecimientos totalmente inesperado para todos, el creador de Assassin’s Creed volvía a «casa» en contra de su voluntad.
Pero este periodo en Ubisoft no duró mucho tiempo, pues, si bien es cierto que Désilets continuó la producción de 1666 Amsterdam en la ahora denominada Ubisoft Montreal, ambas partes terminaron por separarse. En 2013, la desarrolladora gala anunció la marcha voluntaria de su importante creativo y, por las palabras de su comunicado oficial, parecía que las cosas habían terminado bien para todos. Pero nada más lejos de la realidad.
En declaraciones ofrecidas a Polygon, Désilets dio una versión muy distinta de la historia: «Al contrario de cualquier comunicado hecho hoy, esta mañana fui despedido por Ubisoft«. «Me notificaron este despido en persona, me entregaron un aviso de despido y dos guardias me escoltaron sin ceremonias fuera del edificio sin poder decir adiós a mi equipo o recuperar mis pertenencias personales». Unas palabras que se completaban con acusaciones a la desarrolladora francesa: «Esta no fue mi decisión», subrayaba el creativo en su momento. «Las acciones de Ubisoft son infundadas y sin mérito. Pretendo luchar vigorosamente contra Ubisoft por mis derechos, por mi equipo y por mi juego«. Poco después, el profesional demandó a la compañía por 400.000 dólares en concepto de de salarios no pagados, daños y perjuicios, distintos gastos e indemnizaciones.
Recuperación y… ¿Resurrección?
Porque, con su «marcha», 1666 Amsterdam se quedaba en manos de Ubisoft. Y, en lugar de aprovechar la licencia para desarrollar el título ideado por Désilets, la empresa francesa decidió mantenerla suspendida en el tiempo. Y esta situación se mantuvo así hasta el 2016, cuando, tras una larga batalla legal, se anunció por sorpresa que el creador de Assassin’s Creed por fin recuperaba los derechos de su juego. Por ende, ahora había vía libre para dar forma a ese proyecto de estilo barroco.
A lo largo de los años subsiguientes, Désilets volvió a hablar con la prensa para asegurar que 1666 Amsterdam empezaría su desarrollo tras terminar el título Ancestors: The Humankind Odyssey. Y la comunidad realmente tuvo la oportunidad de jugar a esta última experiencia basada en los mayores hitos de la humanidad, que se estrenó el pasado 2019, pero no se supo nada más sobre el juego al que dedicamos este artículo.
Y es aquí, con este final abrupto, donde termina el camino de 1666 Amsterdam. Porque Désilets no ha vuelto a hablar de su proyecto desde hace varios años, y lo poco que sabemos de este baile de dagas con Ubisoft es que el creativo ha quedado con un rencor profundo hacia la desarrolladora gala. Quién sabe, quizás en el futuro tenemos la oportunidad de probar esa experiencia demoníaca entre arquitecturas y vestuarios de estilo barroco. Pero, por el momento, no son pocos los que dan este proyecto por perdido.
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La noticia
Qué fue del juego del creador de Assassin’s Creed que iba a «sobre el Demonio» y terminó sufriendo una batalla legal con Ubisoft. 1666 Amsterdam
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Brenda Giacconi
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