En el alocado mundo de la animación, especialmente cuando nos fijamos en las producciones realizadas por aficionados o estudiantes, a menudo nos encontramos con joyas inesperadas que desafían las expectativas y se convierten en verdaderos hitos culturales. Una de estas gemas es el cortometraje «Bambi Meets Godzilla», una audaz y sorprendente creación que ha logrado colarse en el puesto 28 dentro del libro The 50 Greatest Cartoons, desafiando las convenciones de la industria en el momento de su realización a finales de los años 60. Detrás de esta obra maestra está el talentoso cineasta Marv Newland, cuya visión innovadora y creatividad sin límites han dejado una huella indeleble en el mundo de la animación y que tampoco tuvo reparos en enviar a Mickey Mouse a la Guerra de Vietnam.
El origen de una leyenda animada
Corría el año 1969 cuando Marv Newland, entonces un estudiante, decidió dar vida a una idea audaz: un encuentro épico entre dos iconos del cine, Bambi y Godzilla. Con un presupuesto modesto de tan solo 300 dólares, Newland se embarcó en la aventura de crear un cortometraje irreverente se ganaría un pequeño lugar en la historia del cine animado. El resultado fue «Bambi Meets Godzilla», una obra maestra de tan solo un minuto y 39 segundos de duración que en su momento sorprendió con su ingenio y originalidad.
En Bambi Meets Godzilla, Newland nos presenta una premisa muy simple: mientras Bambi pacíficamente pasta en un campo de flores, su tranquila existencia se ve interrumpida por la repentina aparición de Godzilla, cuyo pie gigantesco aplasta al inocente cervatillo en un instante. Con un humor negro y una ejecución impecable teniendo en cuanta los modestos medios de Newland, se convirtió en un pequeño hito dentro del circuito de animadores independientes, y con el paso de los años, en una auténtica leyenda urbana muy real.
A pesar de su corta duración, Bambi Meets Godzilla logró ganarse un lugar destacado en la historia del cine animado y cuya influencia en la cultura pop se ha extendido a través de los años, inspirando secuelas, remakes y recreaciones que mantienen viva su esencia única.
El Legado de Marv Newland
Si bien Bambi Meets Godzilla es quizás su obra más conocida, el legado de Marv Newland va mucho más allá de este icónico cortometraje. Durante su carrera, Newland ha demostrado una habilidad extraordinaria para desafiar las convenciones y explorar nuevas fronteras en el humor y el mundo de la animación. Otra de sus creaciones destacadas es Mickey Mouse in Vietnam, un cortometraje que abordaba el polémico conflicto de una manera inesperada y conmovedora.
La carrera de Newland no terminó con estos cortometrajes gamberros. Se mudó a Vancouver en 1972 y allí fundó International Rocketship Limited en 1975, donde produjo y dirigió numerosos cortometrajes y comerciales animados. También trabajó como freelance en proyectos como la serie Barbapapa y dirigió episodios para The PJ’s y cortometrajes para Barrio Sésamo. Varias de sus películas han sido preservadas por el Archivo de Cine de la Academia, y sus contribuciones han sido reconocidas en festivales internacionales de animación.
El trabajo de Marv Newland ha dejado una marca indeleble en el mundo de la animación, inspirando a generaciones de cineastas y animadores con su ingenio y originalidad. Su capacidad para combinar humor, sátira y profundidad emocional en sus obras lo ha convertido en una figura influyente en el mundo del cine animado, por si pensabas que la idea de juntar a Godzilla y King Kong era una excentricidad moderna.
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La noticia
Es un crossover imposible de Bambi con Godzilla, pero este corto de animación realizado por un estudiante se ha colado entre los 50 mejores de la historia
fue publicada originalmente en
3DJuegos
por
Chema Mansilla
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